Leyes laborales


En la segunda década del siglo XX los movimientos sociales, el debate sobre la cuestión social y las violentas represiones de las huelgas llevaron a la emergente clase media y los sectores proletarios mineros e industriales a manifestar con fuerza la necesidad de contar con una legislación que resguardara sus derechos y obligaciones laborales. Es así como, al comenzar la década del 20, el Congreso promulgó cinco leyes fundamentales para regular el mundo laboral: sobre contrato de trabajo; sobre seguros de enfermedad, invalidez y accidentes del trabajo; sobre accidentes del trabajo; sobre los empleados particulares y sobre la organización del sindicato industrial.
La Ley de la Silla fue la primera ley sobre ergonomía, idea y palabra que no existían en el vocabulario ni en las informaciones de la salud laboral a la fecha 7 de diciembre de 1914, cuando se promulgó en Santiago y, en sus tres artículos disponía que los establecimientos comerciales deberían mantener un número suficiente de asientos para todos sus empleados y/o todas sus empleadas, estableciendo una silla cada tres personas, quienes tendrían derecho a un descanso diario de al menos una hora y media. Las municipalidades quedaron a cargo de hacer cumplir la ley y su infracción fue sancionada con una multa de diez pesos.
Si bien la “ley de la silla” obligaba a los propietarios de establecimientos comerciales a colocar sillas, varios años después de su promulgación seguía siendo un texto puramente teórico y era violada en innumerables casos en jornadas de trabajo de 12 y hasta 14 horas. El argumento del empresariado de la época para violar el derecho era que “la silla enseña a flojo al empleado” y que era mejor para la actividad comercial que los dependientes permanecieran las 12 horas de pie.

Arturo Alessandri Palma (1868-1950)


Arturo Alessandri Palma es considerado el político más importante de la primera mitad del siglo XX, donde tuvo un papel protagónico como Presidente de la República entre 1920-1925 y 1932 -1938.
Una vez graduado de abogado, en 1893, contrajo matrimonio con Rosa Esther Rodríguez, con quien tuvo nueve hijos. Al mismo tiempo, inició su carrera política como miembro del Partido Liberal, resultando electo diputado en 1897, cargo en el que fue reelegido sucesivamente por casi veinte años. En 1915, resultó electo senador por la provincia de Tarapacá, donde hizo gala de un discurso populista que cautivó a las masas, quienes lo bautizaron como el “León de Tarapacá”.

Cinco años más tarde obtenía la presidencia de la República en la elección presidencial de 1920, representando los deseos de un cambio de vastos sectores de la sociedad chilena. Sin embargo, durante el primer gobierno de Alessandri la economía se reactivo parcialmente y los proyectos de legislación social y laboral no avanzaron en el Congreso Nacional. El descontento hizo crisis el 4 de septiembre de 1924, cuando un movimiento militar tomó las riendas del poder y el Congreso aprobó sin mayor debate las leyes sociales que estaban pendientes. Una semana más tarde la Junta Militar clausuró el Congreso mientras Alessandri hizo entrega del mando al Vicepresidente y partió de viaje a Europa. En enero de 1925 un nuevo movimiento militar reemplazó a la junta anterior y promovió el regreso del Presidente Alessandri.

En marzo de 1925 reasumió el poder, realizando importantes reformas. En materia política, una nueva carta fundamental, la Constitución de 1925, que fortaleció el poder presidencial y terminó con el régimen parlamentario. En lo económico, se creó el Banco Central y se estableció el régimen de patrón oro; asimismo, se promulgó una nueva legislación tributaria con el fin de compensar los menores ingresos fiscales del salitre. A pesar del éxito obtenido, las divisiones y desconfianzas entre Alessandri y los militares se fueron agudizando, hasta culminar con la renuncia del Presidente frente a las presiones del coronel Carlos Ibáñez del Campo, caudillo de los militares que asumió la Presidencia entre 1927 y 1931, período en cual Alessandri se exilió nuevamente en Europa.

Las primeras huelgas


Las huelgas fueron utilizadas por lo obreros para manifestar sus descontentos y luchar por mejores condiciones de trabajo.
Como estos movimientos no estaban reconocidos por las leyes vigentes se les concideró verdaderos atentados a la tranquilidad del país y fueron duramente reprimidas.
La angustiosa situación de los obreros sin resguardo alguno frente a los abusos, los llevó a crear sus propias organizaciones gremiales e incluso a desarrollar sus propios medios de prensa.
La Revolución rusa en 1917 tuvo enorme resonancia entre los anarquistas y organizaciones obreras de Chile consolidando su postura revolucionaria. En 1919 cnstituyeron una federación que se asoció a la organización Estadounidense International Workers Of The World (IWW). Más tarde la FOCH se afilió a la Internationd Sindical Roja, con sede en Moscú y el partido obrero socialista se transformó en partido comunista formando parte de la tercera internacional comunista.

La Sociedad Chilena en el siglo XX


La sociedad chilena en este periódo experimentó muchos problemas sociales tanto como económicos en la mayor parte del país. La cuestión social significó un gran cambio en el país, porque dió origen a las primeras huelgas en Chile debido a la mala calidad de las condiciones del trabajo que tenian los obreros en Chile. Debido a esto el Estado se vió obligado a llevar a cabo la promulgación de las primeras leyes laborales en nuestro país, lo que significó un gran beneficio para los trabajadores en aquella época, ya que tuvieron un tiempo de descanso, mejores salarios, entre otros beneficios para la gran parte laboral del país.